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La escuela ideal

Artículo publicado el 4 de diciembre de 2016

¿Cuál es el modelo de escuela ideal?

“Agrupar a los niños por edad es igual que agruparlos por el color del pelo. Es un criterio de escasa relevancia. Es cierto que los niños de la misma edad suelen tener necesidades educativas similares, pero también es cierto que hay niños de la misma edad que tienen necesidades educativas muy diferentes. ¿Alguien ha pensado que la imagen en el espejo de un niño con dificultades de aprendizaje es un niño que tiene superávit, que realmente no necesita una clase de una hora para entender el Teorema de Pitágoras porque a lo mejor ya lo tiene aprendido hace años o lo ha aprendido en casa?”

                                                                                                   Javier TourónVicerrector de Innovación Educativa de la Universidad Internacional de La Rioja, UNIR

La educación del niño de alta capacidad

Según ha explicado Javier Tourón, en declaraciones a este blog, “una persona, niño o joven, de alta capacidad es una persona que tiene unas capacidades en el ámbito intelectual que están sensiblemente por encima de las que tienen sus compañeros de edad y eso exige un tratamiento educativo diferenciado. Los problemas surgen cuando el nivel de reto que me ofrece la escuela o los conocimientos que quieren que yo adquiera o el nivel de exigencia o la velocidad con la que se desarrolla el currículo está desadaptada de mi capacidad, de mi velocidad, de mi precocidad, motivación o intereses”.

Por eso, afirma Tourón, podemos decir que “un niño de alta capacidad es un niño que tiene unas necesidades educativas específicas -que no tienen por qué ser igualmente específicas a lo largo de toda su vida- y que tiene un proceso de desarrollo que ordinariamente es más acelerado que el de otros”.

 

La personalización de la educación

Un niño de altas capacidades se caracteriza, entre otras cosas, por su curiosidad, la cantidad y calidad de sus preguntas y su interés por aprender y profundizar en los temas que le interesan. No es un niño que lo sabe todo, sino más bien un niño que lo pregunta todo.

Sin embargo, el vicerrector de Innovación Educativa de la UNIR y especialista en Altas Capacidades, Javier Tourón, afirma que “las escuelas, muchas veces, tal y como las tenemos organizadas ahora mismo, no crean las condiciones para que el potencial se traduzca en rendimiento”, con lo que “se va cercenando esa pulsión por aprender, por saber, por avanzar y profundizar; y eso es un drama (…). Lo que tenemos es que crear las condiciones para que la escuela sea para ellos la aventura diaria; la aventura del saber”.

“Para que una persona persevere en un determinado objetivo tienen que darse las circunstancias y cuando yo estoy en una escuela en la que lo que pretenden enseñarme ya lo sé, o lo que el profesor pretende enseñarme que yo no sabía, ya lo he aprendido en los 3 primeros minutos y ahora tengo que estar una semana esperando a que se lo aprenda el último de la clase, pues, lógicamente, eso lo que hace es matar mi afán por saber”, asegura Tourón.

Por eso, el vicerrector de Innovación Educativa de la UNIR subraya que “tenemos que crear un espacio que permita a cada uno superar sus deficiencias y potenciar sus fortalezas, devolviendo así a cada alumno el protagonismo que por la naturaleza de las cosas tiene. Porque solo yo soy protagonista de mi propio aprendizaje”.

 

Flipped classroom

En este sentido, Tourón explica que “la idea es centrar la escuela en el alumno. Por eso está teniendo tanto éxito la enseñanza inversa, la llamada flipped classroom. ¿Por qué? Porque en la flipped classroom lo que hacemos es derivar la enseñanza que había de producirse en el espacio de la clase a otro tipo de soportes, por ejemplo vídeos, que el alumno ha de estudiar antes. Entonces, el alumno viene a clase a resolver problemas, a resolver dudas, colaborativamente con otro grupo de personas, a hacer un proyecto etc… De tal manera que las dificultades o facilidades de los alumnos las proyectan ellos mismos, porque son los protagonistas del espacio de la clase. La clase ya no es un espacio donde un profesor habla durante 60 minutos”.

Con este nuevo sistema de enseñanza, “el alumno no está en clase solo para escuchar y tomar apuntes o para subrayar un papel. El alumno está en clase para desarrollar todas sus capacidades de colaborar, de crear, de producir, porque ahora mismo con la tecnología que tenemos a nuestro alcance, los alumnos también son productores de contenido, también tenemos que ponerles a buscar y a resolver problemas, a desarrollar proyectos”, afirma.

Según Tourón, este sistema “convienen a todos los escolares, pero serán beneficiados de lujo los más capaces, porque se centra en las necesidades de las personas. Cada alumno recibirá lo que necesita, por tanto, esto no es una afrenta para nadie. No es una escuela para que todos hagan lo mismo, sino que es una escuela donde cada uno recibe lo que necesita”.

 

La escuela inclusiva

El vicerrector de Innovación Educativa de la UNIR sostiene que este no es un modelo totalmente novedoso “es un modelo que ya existió en el pasado”. Además, “si nosotros utilizamos de manera inteligente la tecnología, lo que podemos hacer es personalizar el itinerario de aprendizaje de cada alumno y esto no es que sea bueno para los niños de alta capacidad, es que es bueno para todos los niños. Este es un planteamiento de escuela inclusiva que es una escuela absolutamente diversa, donde cada uno tiene que ser capaz de vivir y poder vivir su aventura diaria”.

A su juicio, el curso debe ser una curiosidad histórica y el libro de texto, también. “Esto no requiere de grandes inversiones, esto requiere de un rediseño de los cursos y determinar qué tienen que saber los alumnos y a partir de ahí ponerlos a trabajar y contemplar cómo, igual que ocurre en una carrera, saldrán todos juntos, pero llegarán a la meta de forma escalonada”

“Así, siendo yo el protagonista de mi propia vida y de mi propio aprendizaje, es probable, o muy posible, que yo esté dispuesto a poner esfuerzo, empeño y tesón, porque veo que ese esfuerzo me resulta rentable y satisfactorio. Si utilizamos un modelo personalizado en la escuela, cada uno estaría siendo motor de sí mismo y los profesores estaríamos en posición de atender a cada uno”, sostiene.

 

 

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