«El 86% de los niños con TDAH no tienen el gen TDAH»
Ciclo de Conferencias de AEST. Ponente: Marino Pérez. Catedrático de Psicología.
En una conferencia organizada por la Asociación Española para Superdotados y con Talento (AEST), el catedrático de Psicología y autor del libro «Volviendo a la normalidad», Marino Pérez, abrió de nuevo el debate sobre el TDAH y afirmó que se trata de «un problema, no una enfermedad que requiera tratamiento farmacológico». Además, hay estudios que demuestran que «el 86% de los niños con TDAH no tienen el gen TDAH». Según este experto, las ayudas deben estar centradas en los padres y profesores, no en los niños.
Muchos niños de Altas Capacidades (AACC) son diagnosticados erróneamente con Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDA o TDAH). Algunos reciben incluso tratamiento farmacológico. Y es que los niños de AACC suelen tener una tremenda energía, gran imaginación, cuestionan la autoridad y, en ocasiones, pierden totalmente el interés por el colegio. Por ese motivo, son confundidos muy a menudo con niños inatentos y diagnosticados con este «trastorno».
Durante la charla organizada por AEST, Marino Pérez aprovechó para explicar a los padres que los fármacos que reciben estos niños potencian su capacidad de concentración, al igual que ocurriría con cualquier otra persona que los tomase. En este sentido, no se trata de una medicación para curar la enfermedad, sino de un «dopaje», que, tal y como lo define el diccionario de la Real Academia Española, significa «administrar fármacos o sustancias estimulantes para potenciar artificialmente el rendimiento del organismo, a veces con peligro para la salud».
A corto plazo, la sustancia administrada puede solucionar su problema académico, ya que consigue tranquilizarles, controlar su imaginación y, por tanto, frenar su curiosidad por temas que nada tienen que ver con el currículum escolar, ¿pero es esto realmente lo que necesitan? Marino Pérez cree que no.
El diagnóstico: «No existe ninguna prueba clínica objetiva»
Para este catedrático de Psicología de la Universidad de Oviedo, «el gran problema del TDAH empieza por el diagnóstico», ya que se trata de «un diagnóstico tautológico». «Si preguntan a los padres por qué su hijo tiene TDAH, les dirán que porque es inatento, y si preguntan por qué es inatento les responderán que porque tiene TDAH», afirma.
«No existe ninguna prueba clínica objetiva que diferencie a los niños con TDAH, más allá de la valoración de sus padres y profesores. No hay ningún tipo de evidencia y el problema se define por el problema. Pero es un problema, no una enfermedad«, asegura Marino Pérez.
Tampoco existen marcadores biológicos de ningún tipo que puedan definir el TDAH, ni ningún gen característico de la enfermedad, como se había dicho. De hecho, Marino Pérez cita un estudio publicado en la revista especializada The Lancet que demuestra que el 86% de los niños con TDAH no tienen el llamado «gen TDAH» (el gen DRD4) y, sin embargo, algunos niños que no han sido diagnosticados con este trastorno, sí que poseen este gen.
El tratamiento: «Más parte del problema que de la solución»
El segundo problema del TDAH es su tratamiento, porque la medicación no soluciona el problema, sólo ataja sus consecuencias a corto plazo. Podemos decir que corrige los efectos problemáticos, pero no la causa. De hecho, Marino Pérez sostiene que está demostrado que «en los niños que toman medicación, esta está asociada a un peor rendimiento a largo plazo, así como a problemas cardiovasculares y una ralentización del crecimiento».
A largo plazo, la medicación «puede ser más parte del problema que de la solución», porque, en opinión de este catedrático, «probablemente no esté mejorando al niño, sino que está anulando la curiosidad y la exploración características de la infancia».
Por eso, Marino Pérez entiende que la inclusión del TDAH en la LOMCE es un error y se debe, sin duda, a la presión de las farmacéuticas, igual que ha sucedido en la UE con la redacción del Libro Blanco sobre el TDAH.
¿Qué podemos hacer entonces para ayudar a estos niños?
Para este catedrático, «se trata de una armonía de intereses en la que ganan todos: profesores, padres, especialistas y profesionales de la industria farmacéutica… el único perjudicado es el niño, que no se va a enterar». «Los niños con TDAH están pillados entre el déficit de atención de los padres y de los profesores, pero el problema del problema es convertirlo en una enfermedad», asegura.
Para solucionar el problema, las ayudas deben estar centradas en los padres y profesores, no en los niños. Apuesta por programas de apoyo psicológico y la comunicación entre padres y profesores. Porque son ellos quienes tienen que enseñar al niño algo que le va a servir para toda la vida: estrategias de organización de sus tareas escolares y de autocontrol y espera.
En este sentido, Marino Pérez cita un estudio publicado en Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology, por Pelham et al, en el año 2016, demuestra que «niños con TDAH cuyos padres y profesores reciben entrenamiento después de varios meses, obtienen una mejoría mayor que con la medicación, a largo plazo». Según este estudio, lo mejor es la modificación conductual con más modificación conductual, no la modificación conductual más medicación.
Para Marino Pérez, el TDAH no existe como enfermedad. Existe como problema y es algo normal, que se acrecienta en la sociedad actual. La medicación, además de modificar su conducta, puede estar anulando también su curiosidad y su necesidad de exploración natural.
“Leonardo da Vinci sería diagnosticado hoy en día de TDAH y, si fuera medicado,
dejaría de ser Leonardo da Vinci”.
Marino Pérez
VÍDEO RESUMEN DE LA CONFERENCIA
PARA SABER MÁS:
- Presentación de Marino Pérez_para_AEST (PDF).
- PÉREZ ÁLVAREZ, Marino: Volviendo a la normalidad: la invención del TDAH y del trastorno bipolar infantil. Alianza Editorial. 2014.
- Hace ya unos años, en diciembre de 2013, el aumento de diagnóstico por TDAH y las campañas de las compañías farmacéuticas al respecto fue objeto incluso de un editorial en el «New York Times» en el que se alertaba de este peligro.
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